sábado, 11 de junio de 2011

EL OFICIO DE ESCRIBIR

13 DE JUNIO: DÍA DEL ESCRITOR
El escritor y su percepción particular, unas veces, subjetiva del mundo; el escritor, esa privilegiada conciencia que tiñe con su propia coloración ética y estética, la aprehensión del mundo.
"No hay escritor que en los días inmodestos de sus primeros versos imagine la edición de sus obras completas, vasta colección en papel biblia que lo salvará de la muerte y el olvido".
El oficio de escribir es aquel acto, que en el caso de algunas célebres personalidades literarias, instaura esa posición de intermediario entre las tensiones del discurso, lo literario, sus contradicciones y esa suntuosa desnudez del que se inscribe en la fabulación, en las márgenes del conflicto, o como apunta Beatriz Sarlo, en el caso específico de Borges, en un encuentro de caminos  y tradiciones.
El escritor es prestidigitador y médico, es el médico de su propia enfermedad, la de ya no poder contener dentro de su propio espíritu al lenguaje. El hombre fabulador, con su pathos y su acto lúdico, el creador de forma.
Existen tantos padres textuales como textos demanda la historia, tantas escrituras como postulaciones de la realidad hay: desde Homero al otro latino, Virgilio Dante, desde Cervantes a Lope de Vega, Góngora, Quevedo a Shakespeare. Desde el europeo Baudelaire, habiendo transitado tenebrosamente por la palabra y ficción de Poe, desde Tolstoi, de Oscar Wilde, Kafka, Eliot, Voltaire, Goethe, Rimbaud, Flaubert a Macedonio Fernández, Gabriela Mistral, Rulfo, Vargas Llosa. Desde Saramago a García Márquez, desde Quiroga a Benedetti, desde César Vallejo a Hernández, desde Cortázar a Borges, desde Art a Abelardo Castillo, Pizarnik, Storni, Octavio Paz, Neruda, Darío, Adolfo Bioy Casares y el recientemente desaparecido, Sábato. 
Y Leopoldo Lugones, el nombre que representa la fuerza, la sonoridad sinfónica y el verso descompuesto en extensos matices sugestivos y cálidos. Un 13 de Junio de 1874, en Villa María del Río Seco,pintoresco pueblito del norte cordobés, había nacido el ser que se encargaría de fijar en su poética el instante fugitivo, el símbolo y el paisaje como un estado del alma; los argentinos contábamos con la propuesta de un modernismo que reavivó a principios de nuestro siglo la lírica. 
Desde entonces, cada 13 de Junio, solemnemente declarado el Día del Escritor, arde la sangre en el cuerpo de la letra y las relecturas de versos consagrados nos recrean esa inteligencia desesperada, con que alguna vez fue calificada la sustancia intelectual de Lugones y su ser poético. 
Su poética se rige y se ordena ante los ojos del lector y ante los procesos interpretativos, a la manera de composiciones sujetas a normas estéticas tales como la rima, el ritmo musical, la armonía interior del yo sublimal y del verso.

Romanza del perfecto amor

Oye, Amada,la noche. Qué serena.
La luna se levanta
Sobre la mar y sobre tu hermosura.
La noche canta.

Oye, Amada, el silencio. Qué reposo.
De pasión, de congoja y de batalla.
Reina la perfección sobre los lirios.
La dicha calla.

Lección de Filosofía

Quiso el sabio indagar mi fatalismo,
lo que es la dicha.-Amar y ser amado,
me contestó; más yo repuse, osado:
-¿Y la desgracia, entonces?-Pues lo mismo.

A un grande, de patria chica, de enormes versos, en el Día del Escritor.

Texto:Lic.Adriana O. Galletto.

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