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lunes, 25 de julio de 2011

POESÍA: LOS TRES REYES MAGOS






                           LOS TRES REYES MAGOS





–Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.

Vengo a decir: La vida es pura y bella.

Existe Dios. El amor es inmenso.

¡Todo lo sé por la divina Estrella!



–Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.

Existe Dios. El es la luz del día.

¡La blanca flor tiene sus pies en lodo

y en el placer hay la melancolía!



–Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro

que existe Dios. El es el grande y fuerte.

Todo lo sé por el lucero puro

que brilla en la diadema de la Muerte.



–Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.

Triunfa el amor, ya su fiesta os convida.

¡Cristo resurge, hace la luz del caos

y tiene la corona de la Vida!





Rubén Darío



Ver : * Los Reyes Magos
           * Cuento: Los Reyes Magos


lunes, 27 de junio de 2011

LOS REYES MAGOS



La fiesta de los Reyes de Oriente es diferente, sobretodo para los niños que los esperan con asombro, ansiedad, sorpresa, magia y alegría, en cambio los mayores ya no vivimos el día de ésa manera, sino que disfrutamos mirando a los niños .


Resulta muy interesante que los niños, aparte de esperar a los Reyes Magos, sepan esta historia.



En el momento del nacimiento de Nuestro Señor existía una enorme y poderosa civilización: los persas.La religión de ellos estaba basada en fuertes conceptos morales y privilegiaba al conocimiento al servicio del hombre.
Sus sacerdotes eran hombres de profundo saber y de gran bondad. Aquellos sacerdotes eran llamados "magis", de lo que nos llega la palabra mago" aunque no en el sentido que hoy le damos, sino en otro mucho más espiritual y poderoso.











De acuerdo a lo que puede saberse, los tres reyes que llegaron a Belén a darle la bienvenida al Mesías no eras reyes sino sacerdotes persas de los más sabios.
También se cuenta que cada uno de ellos representaba a razas básicas en aquel entonces: uno era rubio, el otro moreno senita y el tercero negro. Llevaban como ofrendas el oro, que simbolizaba la majestad, la naturaleza real del Niño Jesús; la mirra, era una representación de la muerte futura del niño Jesús y el incienso, representaba su naturaleza divina.
Aquello representaba un regalo de honor y de amor hacia el recién nacido.


La figura católica de los Reyes Magos, Gaspar, Melchor y Baltazar, tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús, algunos, fueron integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo Testamento de la Biblia. Concretamente el Evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a unos magos (aunque no especifica los nombres, el número ni el título de "Reyes") quienes, tras seguir una supuesta estrella, buscan al «Rey de los Judíos que ha nacido» en Jerusalén, guiándoles dicha estrella hasta Jesús nacido en Belén, y a quien ofrecen ofrendas de oro, incienso y mirra.
Fue una estrella la que los guió, en efecto. La estrella de Belén.



Es tradición que el 6 de enero lleguen los Reyes Magos para dejarles a los niños del mundo sus regalos. En algunos países se estila que los niños dejen los zapatos cerca del árbol para que allí los reyes depositen sus regalos. También se acostumbra dejarle pasto y agua, dulces y hasta pasteles dependiendo del país.

Podemos aprovechar la oportunidad para acercarles unos cuentos de Reyes Magos para niños. Si son muy pequeños les leemos un cuento acorde a su edad y de a poco los vamos acercando al mundo de la lectura, de los libros y de las letras. Lo más importante es que ellos vean a los libros como algo entretenido que puede llevarlos a diferentes lugares, e historias.


Ahora los padres tenemos la posibilidad de sacar historias y cuentos para que ellos lean de Internet, es una gran fuente de recursos didácticos que tenemos que tratar de aprovechar al máximo.


Ver sitios relacionados

 Cuentos para leer
Juegos de Navidad

sábado, 7 de mayo de 2011

CUENTO : LOS REYES MAGOS




Los Reyes Magos


No olvidaré jamás aquella mañana del seis de enero; hacía pocos días había cumplido mis primeros sesenta y un años. 
Durante la noche anterior un sueño extraño llenó mi corazón de dudas. Por eso me levanté muy temprano, no podía seguir durmiendo, algunas lágrimas mostraban mi tristeza.
Me senté en el borde de la cama y seguí llorando, mientras recordaba al duende que en mis sueños me había dicho algo que yo no podía creer... por eso mi llanto y mi tristeza esa mañana del seis de enero.
Con su chillona voz de duende había dicho: "Me extraña que a tu edad no lo sepas: los Reyes Magos no existen, son los adultos, generalmente los padres, los que compran los regalos".
Siguió hablando, sin importarle mi dolor y aunque ya no quería escucharlo y hacía lo posible para alejarme de él, su voz aguda y su risita burlona resonaban en mis oídos, hasta que al fin pude despertar.
Inicié las tareas del día sintiéndome muy mal, sin deseos de hacer nada.Para distraerme un poco y aliviar mi pena salí a caminar y me encontré con muchos chicos jugando en las calles y comentando entre ellos los regalos recibidos, que por cierto eran muy hermosos.;Claro!, pensé.,los padres de estos niños tienen el dinero suficiente para comprárselos.
Seguí andando, sin rumbo fijo, y así pasé por un barrio más pobre, por el hospital, por la iglesia y por último llegué a un barrio de emergencia y vi que todos los niños tenían algún juguete entre sus manos.
Los sentimientos eran similares en todas partes. 
Padres e hijos del barrio rico, la iglesia o el hospital llevaban en sus rostros la misma expresión de felicidad, sin relación con el valor material de los regalos, se reflejaban en sus miradas la emoción, la alegría, la sorpresa, el amor, todo el amor.
Fue entonces que mis labios volvieron a sonreír.
Esperé la noche para hablar con el duende de mis sueños y cuando él llegó le conté lo que había visto.Me escuchó con mucha atención y sonriente e inquieto como siempre, me dijo:"Mientras haya gente buena, corazones abiertos, personas que amen a los niños, a las que nos les importe el color de la piel o la posición social, los Reyes Magos seguirán llegando, ellos jamás dejarán de venir".
Su risita sonora se fue apagando, mientras se elevaba hacia el cielo.
Yo me quedé mirando cómo se perdía en la noche y entonces me pareció ver entre las estrellas las siluetas de los tres Reyes, montados en sus camellos. que se alejaban con las bolsas repletas de cartas ilusionadas.Acaricié mi barba, como lo hago siempre que estoy feliz... una de aquellas cartas era mía.

Del libro: "Cuentos para Niños de 8 a 108 II" - Pancho Aquino.

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