El 24 de marzo de 1976, comenzó un proceso de silenciamiento en nuestro país con el golpe de estado que designó como presidente al General Jorge Rafael Videla. A partir de ese día empezó lo que hoy reconocemos como la dictadura más sangrienta que vivió el pueblo argentino.
Entre las 30000 personas desaparecidas que dejó la dictadura hubo muchos niños pequeños.
Bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres a quienes les fueron usurpados. Niños a los que les fue robado el derecho de una historia, a los que les fue negado el relato que da razón y origen a sus vidas. Niños que crecieron rodeados de secretos y murmullos y cuyas abuelas los buscaron y los buscan incansablemente para contarles su verdadera historia.
ENTRADA DE LA BANDERA
La bandera argentina representa todo lo que nuestros ancestros nos legaron y hoy representa la patria que nosotros queremos.Nosotros queremos una patria con memoria, en la que se terminen los hechos de mentira e injusticia.Nos ponemos de pie para recibir a nuestra bandera de ceremonias.
HIMNO NACIONAL ARGENTINO
(para la musicalización del Himno se recomienda usar una versión nueva, que no tenga la connotación de la música militar)
¡LIBERTAD!¡LIBERTAD!¡LIBERTAD!Este verso de nuestra canción patria habla a las claras de una vocación profunda del pueblo argentino. Sin libertad no hay posibilidades de mejorar la historia. Sin historia no hay presente. Sin presente no hay futuro. Entonemos las estrofas del Himno Nacional Argentino pensando en cada una de sus palabras.
La apropiación de niños, el ocultamiento de su identidad, la violación de ese derecho, no es algo nuevo; es una práctica que se lleva a cabo en todo el mundo. Pero en lo que respecta a nuestro país es importante que se tenga clara conciencia de que este delito fue llevado a cabo por el Estado en el período de la dictadura militar desde el año 1976 hasta 1983. Fue el Estado el que violó el derecho a la identidad, llevando a cabo un plan sistemático de apropiación de menores, por lo que fue necesario hacer explícito este derecho, que hasta ese momento era tomado por la sociedad como una obviedad.
MINUTO DE SILENCIO
El silencio reflexivo puede servirnos para acercarnos a aquellas verdades profundas que nos constituyen como seres humanos. En honor de todos aquellos que sufrieron el secuestro, la tortura, la muerte y la desaparición, haremos a continuación un minuto de silencio.
PALABRAS ALUSIVAS
La dictadura prohibió todo. Pero fundamentalmente reprimió la palabra. Como dicen los versos de León Gieco,"Todo está cargado en la memoria, arma de la vida y de la historia". Y, justamente la memoria y la historia están hechas de palabras. Aquellas, que al decirlas, nos pronuncian a cada instante.
A continuación, hará uso de la palabra:...............
El objetivo más amplio y no explícito buscado por los golpistas y por quienes los apoyaban fue el de reestructurar social y económicamente el país, para lo cual necesitaban disciplinar y someter a distintos sectores de la sociedad.
El método seguido por la dictadura militar para lograr esos objetivos fue el de la represión cuidadosamente planificada y sistematizada (como probó el Juicio a las Juntas de 1985 y la CONADEP creada durante el gobierno de Raúl Alfonsín) que se desarrolló en forma clandestina e ilegal. Había un estado terrorista paralelo oculto funcionando junto con las instituciones más "visibles" y tradicionales de la sociedad argentina.
Se trató, en realidad, de una acción terrorista, planificada desde el Estado, consistente en: el secuestro, la tortura, la desaparición y la ejecución de personas que de alguna manera mostraban su desacuerdo con la ideología gubernamental o que los militares pensaban que podrían llegar a estar en desacuerdo, extendiendo esta sospecha a toda persona relacionada de cualquier manera con un secuestrado. El destino primero del secuestrado era la tortura, que se llevaba a cabo en alguno de los más de trescientos sesenta y cinco centros clandestinos de detención que funcionaron en esos años. La administración y control de este número de centros da idea de la complejidad de este plan y de la cantidad de personas involucradas en su funcionamiento. Quienes sobrevivían a la tortura prolongada y sistemática, eran en su mayoría “ trasladados”. El “traslado” significaba el asesinato de la persona secuestrada y era decidido en
el más alto nivel opera c i o n a l .
Pese a que la Junta Militar estableció la pena de muerte, nunca la aplicó, y todas estas ejecuciones fueron clandestinas. En la mayoría de los casos los cadáveres se ocultaban, enterrados en cementerios como N.N. o quemados en fosas comunes.
Incluso, muchas víctimas fueron arrojadas vivas al mar con bloques de cemento atados a sus cuerpos, luego de ser adormecidas con una inyección. De este modo, todas estas personas empezaron a recibir el nombre de 'desaparecidos'.
Las personas víctimas de la represión se esfumaban, desaparecían de sus casas y de todos los lugares que solían frecuentar sin aviso y con un rastro de violencia. En tanto ilegales, el Estado no reconocía abiertamente haber hecho estas detenciones.
Estas personas pasaban a una categoría indefinida: no se los encontraba, a veces alguien había visto que se los llevaban no se sabía precisamente quiénes, nadie reconocía la detención. Pero tampoco aparecían muertos. Habían desaparecido.
El origen del término “desaparecidos” lo da el represor y genocida Jorge Rafael Videla cuando en 1978 y frente a las cámaras de televisión declara impunemente: ”...no están ni vivos ni muertos, están desaparecidos..."
Las desapariciones fueron muchas pero el plan apuntaba a aterrorizar al conjunto de la sociedad.
Indefensa ante el Estado aterrorizador, se impuso la cultura del miedo.
La desaparición forzada de personas afectó a hombres y mujeres de diferentes sectores sociales de la población, de distintas edades y de todo el país.
¿Por qué también a los niños? Porque, durante la dictadura, los militares consideraron que la ideología que trataban de exterminar a través de la desaparición de personas se podía transmitir a través del vínculo familiar, en una especie de "contagio" ideológico. Por eso hacían desaparecer a los hijos pequeños y los entregaban, en su gran mayoría, a familias de militares. Anular, borrar la identidad y las raíces de estos niños, tenía como objetivo que no sientan ni piensen como sus padres, sino como sus enemigos.
El procedimiento de apropiación de menores se llevaba a cabo de diferentes maneras. Algunos fueron secuestrados junto a sus padres. Otros nacieron en el cautiverio de sus madres que fueron secuestradas embarazadas. Luego del parto los hijos eran separados de sus madres. Los niños eran entregados a familias de militares o relacionadas con ellos, que estaban en "listas de espera” de un nacimiento en esos centros clandestinos.
Los niños robados como “botín de guerra” fueron inscriptos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de represión, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como seres sin nombre, N.N, o fraguando una adopción legal, con la complicidad de jueces y funcionarios públicos. De esa manera los hicieron desaparecer al anular su identidad, privándolos de vivir con su legítima familia, de todos sus derechos y de su libertad.
El hijo apropiado es también un desaparecido. Un desaparecido con vida, ya que es alguien a quien se le ha ocultado su identidad y desconoce su verdadero origen, su verdadera familia, su verdadera historia. Por eso, se habla de chicos desaparecidos. “Desaparecidos vivos”, antes niños y hoy jóvenes y adultos, sobre los cuáles se sigue cometiendo un delito; el delito de secuestro y supresión de identidad.
En medio del horror, el aislamiento y los murmullos muchos familiares de desaparecidos se "encontraron" en esa búsqueda compartida y se animaron a hablarse y a agruparse en lo que hoy conocemos como organizaciones de Derechos Humanos. Las dos primeras fueron "Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas" y "Madres de Plaza de Mayo".
Estos grupos funcionaban, básicamente, para romper el aislamiento: al comenzar a encontrarse , las personas tomaron conciencia de que su dolor era un elemento que los unía, que su caso no era el único, y de un modo muy tenue aún empezaron a ver la magnitud de la represión. Se cruzaban en los pasillos y oficinas de ministerios, regimientos, hospitales, iglesias y antesalas de obispos, mientras trajinaban buscando noticias de sus familiares. Se animaron a decir abiertamente en voz alta y frases completas lo que se murmuraba a medias tintas, y fueron develando gran parte de lo que ocurría a una sociedad que los miraba paralizada e incrédula.
Con este relato, con estas palabras, quizás sea hora de encarar actos, como el que realizamos hoy, que encierren una pequeña intención reparadora, al menos con aquellos que siguen vivos. NADA MÁS.
Con este relato, con estas palabras, quizás sea hora de encarar actos, como el que realizamos hoy, que encierren una pequeña intención reparadora, al menos con aquellos que siguen vivos. NADA MÁS.
"LAS VOCES DE LA MEMORIA"
Las historias pueden contarse tantas veces hasta que encontremos nuestra propia forma de narrarlas y así comencemos a apropiarnos de ellas con nuestros propios matices.
Ya instaurada la democracia los sobrevivientes de los campos de concentración que instalaron los militares genocidas dieron cuenta de las torturas inhumanas a las que eran sometidas las personas secuestradas.(Requerir la participación de varios alumnos para que lean los siguientes testimonios)
"Otro de los testimonios fuertes de la jornada fue el de una mujer secuestrada en el centro de Santa Fe en octubre de 1976, cuando también era menor de edad. Ella fue trasladada primero a “La Casita”, donde sufrió torturas con picana eléctrica y violaciones. “Me llevaron a La Casita, me picanearon y me ataron al piso. Ahí fui violada. Luego me trasladaron a la Cuarta, (donde) estuve en un calabozo por 20 días.En mayo de 1977 nos llevaron a Paraná y de ahí en un avión a (la cárcel de) Devoto. Nos decían que nos iban a tirar al mar”, narró.
Además de la tortura física, la vida en los campos era una constante tortura psicológica. El trato diario era extremadamente denigrante. Al ingresar se nos asignaba un código (el mío era X96) y, a partir de allí no podíamos utilizar nuestro nombre, so pena de ser apaleados y torturados. Se nos insistía en que habíamos dejado de pertenecer al mundo de los vivos. Que estábamos desaparecidos. Que ni siquiera podíamos suicidarnos. Que ellos, los Dioses, eran los dueños de nuestras vidas y moriríamos cuando ellos lo decidieran. Los gritos y gemidos de los torturados eran los sonidos que escuchábamos día y noche. La comida era malísima y escasa. Nos vestíamos con los harapos que dejaban de la ropa que robaban en los secuestros y con lo que quedaba de quienes habían sido “trasladados”.
“Ser mujer y resistente resultaba
ser doblemente transgresor para los ojos de la dictadura, por ello se
encargaron de castigarnos de manera ejemplificadora. Uno de los lugares en los que el patriarcado se instala para ejercer la presión contra las mujeres es en nuestros cuerpos. Quizás por esa razón los agentes del Estado violaron con especial saña nuestros cuerpos. El abuso sexual fue una práctica permanente a la que fuimos expuestas las mujeres y también algunos hombres detenidos”"Para mí, esa noche era prácticamente una "crónica del secuestro anunciado"... Dentro de ese caos, yo sabía dónde estaba parada. Primero me llevaron al "Pozo de Arana", la primera semana con todos los chicos y todas las chicas. Cuando llegamos al lugar, nos desnudaron y nos empezaron a hacer preguntas; ya en una situación de máxima vulnerabilidad. El que me interrogaba era una persona grandota, no le respondí lo que me preguntó y me pegó mucho. ¡Cuánto odio tiene que haber habido! Esto demuestra lo que representábamos más allá de las edades, de los cuerpos: éramos el enemigo".
"Yo hablo con Jesusito y, si él me dice, te damos Pentonaval y te vas para arriba’. Después venía otro y te convidaba pizza. Y al rato te fajaban, te daban una paliza. Era para meterte en la cabeza que ellos eran los amos de tu vida”
Adolfo Pérez Esquivel:
“me llevaron al aeródromo de San Justo, me esposaron y me ataron al asiento de un avión, que carreteó y voló hacia el Río de la Plata. Yo ya sabía que arrojaban prisioneros, por eso les pregunté: ¿qué va a pasar conmigo? Nadie me respondió. Hubo una contraorden y no me tiraron: fui llevado a la Base Aérea de El Palomar. Horas después me dicen que me iban a llevar a la unidad 9 de La Plata” y por eso estaba ahí, contando lo sucedido.
“Fui ingresada directamente a la sala de torturas”, señaló la testigo, y agregó que fue sometida a sesiones de picana eléctrica, golpes y amenazas.
“Al lugar concurría un sacerdote al que le decían «el padre Manolete». Ese sacerdote era el mismo que atendía en la Catedral a los familiares: monseñor Callejas”, recordó, y agregó que “lo que hacía era hacernos poner las manos adelante, para poder pisarlas”.
Allí, luego de ser torturada durante tres o cuatro días, fue llevada ante Etchecolatz, quien habría decidido su traslado, junto a varios otros prisioneros, a lo que fue su segundo destino: la Brigada de Investigaciones de Quilmes, conocida como el “Pozo de Quilmes”. En el camino, los detenidos fueron bajados del camión que los transportaba y sometidos a un simulacro de fusilamiento: “Yo no sé si volvimos a subir al camión todos los que bajamos.Cada cuatro o cinco días nos pasaban una manguera por la mirilla de la puerta y había que abrir la boca para tomar agua, y cada 12 o 15 días nos daban algo sólido".
"Cuando salgo en libertad, en el `82, me encuentre con otro país. Nosotros dentro de la cárcel sufríamos muchas cosas pero seguíamos resistiendo. Y afuera lo que pasaba era muy diferente. El choque fue muy grande, de ese país combatiente que yo conocía a un país sumido en el terror, fue muy fuerte……Era todo muy complicado: habíamos caído los dos, yo no sabía dónde estaba Mariana, estaba embarazada, y los tipos estaban cada vez más pesados. Yo tenía 27 años y el Flaco 32..Al día siguiente le dicen a la prensa que había habido un intento de fuga, y que hubo heridos y muertos de ambos lados... pero fue un fusilamiento, fue una masacre".
Dice la Constitución Nacional en su artículo 21:" Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la Patria y de la Constitución ,conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo Nacional.Los ciudadanos por naturalización, son libres de prestar o no este servicio por el término de diez años contados desde el día que obtengan su carta de ciudadanía". Se retira la Bandera de ceremonias.
LECTURA
"PÁJAROS PROHIBIDOS" DE EDUARDO GALEANO
PALABRAS DE CIERRE
Es importante saber, entender, hablar, preguntar y contar para que los sucesos terribles de nuestra historia, como los acontecidos durante la última dictadura militar, siempre se recuerden y nunca, nunca se repitan.
Porque hay historias truncas, porque hay historias plagadas de mentiras, buscamos saber quiénes somos, no sólo como personas, sino como sociedad, para escribir nuestra historia, para encontrarnos como comunidad.
Es importante recordar y transmitir nuestra historia, hacerla letra viva en las generaciones que no la vivieron en forma presente, para que estos sucesos terribles no sucedan nunca más.
Fuente: Cuadernillos Madre Plaza de Mayo
Mi querida amiga a tu pregunta de que son fofuchas?
ResponderEliminarTe diré que son unos muñec@s que realizamos con foamai..GOMA EVA
eSTOS AL CALOR YA SEAS CON PLANCHA O SECADOR PODEMOS DAR LAS FORMAS QUE DESEEMOS
pON EN GOOGLE VIDEOS DE FOFUCHAS Y HAY PERSONAS QUE TE HACEN TUTORIALES DE ELL2S
eSPERO HABERTE SIDO UTIL
cUALQUIER DUDA SABES DONDE ENCONTRARME
bESITOS
eN TU BLOG AULA DE ADULTOS ME HA SIDO IMPOSIBLE dejarte un mensaje
Procura quitar la verificación de letras porque es muy engorroso
Gracias Victoria por reponder a mi pregunta. Tu comentario ha salido en el blog Aula de Adultos, y por duplicado. Tal vez hAya alguna tardanza en aceptarlo. Pero como me solicitas, he quitado la verificación de letras para simplificar.
EliminarUn abrazo.
No puedo evitar de extremecrme al recordar los hechos de esa época terriblementetrágica que vivimos.Pero somos sobrevivientes y nuestro deber y compromiso es transmitir a las nuevas generaciones para que nunca, jamás!!suceda.
ResponderEliminarTe felicito Elsa por el tratamiento que hacés de este acto, las palabras,los relatos, as fotos, todo es impecable.
Un beso grande
Gracias Sandra. Nos ha tocado vivir esa época, donde el silencio y la censura abarcó todos los estamentos de la sociedad. Con esto siento que rindo homenaje a tres compañeros de colegio, que vieron su vida truncada a los 20 años, tal vez, por pensar diferente. Eran jóvenes que estudiaban una carrera universitaria, y quizás el destino hizo que se cruzaran con ideas que los llevaron a la muerte.En mi ciudad hubo más de 60 jóvenes que murieron o desaparecieron en la dictadura y esta población, como una buena parte de la sociedad argentina quiere tener memoria de todo lo sucedido en esa época,MEMORIA para que nunca más se destruyan las Instituciones democráticas, MEMORIA para que esa violencia entre argentinos no ocurra nunca más; quiere comprender esos sucesos para que no se repitan nunca más, pero también quiere mirar el futuro con esperanza y zanjando viejas heridas.
EliminarDebo corregir un número: no fueron 60 los desaparecidos, sino 31.
EliminarUn abrazo, y gracias por tus palabras.
Perdón Elsa quise decir "estremecerme", anoche pensé que había salido la correción pero evidentemente ya se había enviado el comentario.
EliminarUna cosa es cierta: reconocemos nuestros errores...jajaja..Un beso.
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