Son seres anónimos, solidarios e imprescindibles. En la vida cotidiana de una comunidad muchas veces pasan inadvertidos, cumplen con su trabajo, tienen mujer, marido, hijos, padres, amigos, vecinos. Pero cuando algo ocurre, cuando la sirena llama,ellos ahí están.
La misma sirena que pueden escuchar... ese sonido que convoca a los bomberos cada vez que se presenta un siniestro... en ese momento se puede experimentar la ansiedad, el stress y la angustia que produce el llamado de la sirena... cada vez que suena es porque las cosas no están bien y hay alguien que necesita de nuestra ayuda.
El Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios se ha convertido en la red solidaria más humanitaria de la Argentina y una de las más importantes de Latinoamérica.
Los tenemos aquí, entre nosotros, caminando por nuestras mismas calles, saludándonos con una sonrisa en cada cruce y sintiendo que están haciendo lo correcto, que ante cada llamada, la reacción y la salida es lo único que debe hacerse, sin evaluar peligros. Salud entonces, Bomberos Voluntarios, ejemplos diarios del buen proceder. Nuestros héroes anónimos.
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