Los hombres de Mayo no sólo eran políticos, militares, pensadores, sino también pedagogos.
Mientras que para algunos de sus contemporáneos la libertad era sólo un privilegio, para los comerciantes de Buenos Aires, ellos proponían la abolición de la esclavitud y la igualdad social.
Mientras la fraternidad era entendida sólo para los hombres decentes europeos o descendientes de ellos, los hombres de Mayo soñaban con la integración de las etnias y culturas de nuestro continente tan diverso. Para esto era fundamental apostar a una educación gratuita y para todos.
Manuel Belgrano es uno de los pioneros de la transformación educativa en el Río de la Plata. Se nutre constantemente de lecturas de las nuevas ideas europeas pero sin separar su mirada de la realidad.
Uno de los ejes más relevantes de su vida -pero no más difundidos- reside en su vocación educativa y cultural. Ya en la etapa colonial desde su cargo de Secretario del Consulado descubre que sólo 15.000 de 400.000 personas sabían leer y escribir: "¿Cómo se pretende que los hombres tengan amor al trabajo y que los ciudadanos sean honrados si no hay enseñanza?", cuestiona.
Crea entonces, la Escuela de Náutica y Minería en 1797, la Escuela de Dibujo en 1799 y la de Pintura en 1801. Funda también la Sociedad Patriótica, literaria y económica, y promueve los cursos de medicina, química y anatomía.
Su accionar desde la Primera Junta es consecuente a estas ideas, avanza así en un diagnóstico educativo de la realidad: "Debemos tratar de atender una necesidad tan urgente, establecimientos de enseñanza, para cooperar con la ideas de nuestro sabio gobierno a la propagación de los conocimientos, y formar al hombre moral, que puedan ser útiles al Estado y seguir a mayores fomentos en ramos tan precisos...".
A partir de este pensamiento funda en 1810 la Escuela de Matemáticas reconociendo que "uno de los principales medios que se deben adoptar son las escuelas gratuitas. Allí la gente debe mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por la institución".
La donación del dinero recibido por su exitosa campaña militar para la creación de cuatro escuelas es conocida. Pero no así el reglamento escrito por él para regir estas instituciones donde se limita el autoritarismo pedagógico colonial, se impulsa el amor a la virtud y a las ciencias, la inclinación al trabajo, el desapego al lujo y tal vez lo más importante, un espíritu nacional que haga "preferir el bien público al bien privado, y estimar en más calidad al americano que al extranjero".
Aquello que afirma Mariano Moreno en el Plan Revolucionario de Operaciones, "el mejor gobierno es aquel que hace feliz a la mayoría", es llevado al plano educativo por Belgrano.
La felicidad y la búsqueda de la construcción de la Patria Grande, necesitaban de la educación para todos los ciudadanos, no sólo para aquellos considerados proclives a la "civilización".
La obra del creador de la Bandera como pedagogo es silenciada por la historia oficial, vaciando el contenido político de su proyecto educativo. ¿Cuál es la causa? La oligarquía argentina busca imponer su proyecto semicolonial para el cual las ideas de Belgrano eran contrarias ya que rescataban el espíritu de la América profunda. Durante el siglo XIX tomarán la propuesta sarmientina que rechazaba lo nacional e impulsaba la discriminación de la población mestiza, negra e indígena.
Triunfa así un modelo educativo que refuerza la concepción de "todo lo de afuera es mejor", herencia que se observa aún en la actualidad.
FUENTE: Telam
Imagen: Zonal Villa de Mayo
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